jueves, 20 de enero de 2011

Recuerdos de un cajón viejo

Este texto lo encontré revolviendo papeles en la casa de una persona fallecida hace unos meses. A raíz de esto acompañe a una de sus hijas a sacar las fotos, los libros, y demás cosas. Lo que viene a continuación está escrito en un la parte de atrás de un sobre, como hecho a las apuradas. Son las impresiones de un joven recién salido de la Colimba. El mismo está fechado en 1983.

Mi baja del servicio militar ha sido muy reciente (12-11-83) por lo que las vivencias al respecto se encuentran muy frescas en mi memoria. Ha sido una de las peores experiencias que he sufrido en mi vida. Estuvo signado por el atropello y la mala educación en el trato de mis superiores. La negligencia, irresponsabilidad e ignorancia en cuanto a la instrucción militar que debía recibir los dos primeros meses de mi incorporación. Y por último, el período de mi destino, debí realizar funciones de mucamo de un coronel que nada condice con mi condición de soldado.Creo que todo esto ha agregado sólo un sentimiento en mi carácter: el resentimiento.

El único aspecto rescatable y que vale la pena destacar es la camaradería existente entre mis compañeros, aún en el ambiente de injusticia y prepotencia cotidiana que se vivía.

Me fue muy difícil creer lo que ocurría a mí alrededor. Mis estudios en Administración de Empresas han imbuido en mi carácter un signo netamente eficientista y que era contrariado en todo momento en el Ejercito: tiempo perdido al por mayor, desconocimiento total de las técnicas modernas (la instrucción que debía recibir se orientaba al tipo de guerra provocada en el mundo en los años ´40), dedicación de sermones completos a aprender la técnica del "desfile", etc.