lunes, 18 de octubre de 2010

Soliloquio de un mediocre

Que lindo es perder por poco. O por culpa de otro. Que enormemente reconfortante es la excusa. Que sabroso es el "casi lo logramos". Ese partido, contra ese equipo. Se perdió, pero por poco. Ah, que buena materia prima para el fracasado. Ese que irá, eternamente, contando y agrandando la leyenda. Porque yo, pendejo, cuando tenía tu edad casi lo logro, va a decir y siempre con una excusa nueva para terminar la frase. Que el clima, que el arbitro, que la preparación. Y así por siempre, para no reconocer, que en el fondo, fue toda su vida un cagón.

Todo eso pensó antes de dormir.

2 comentarios:

  1. Siempre es bueno echarle la culpa a los demás cuando no te animas a admitir tus errores. Buscar un enemigo es la mejor forma de justificar las cagadas que te mandas...

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  2. La mejor excusa que escuche fue: "El aro (por el cesto de básquet) está duro" haciendo alusión a que no embocaba una el chico que tiró esa frase.

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